La loca y el paranoico.

«trata de no quererme»
Le dice una loca a un colgado.
«Trata de no quererme y acariciame.»

«Trata de no quererme y follame»

«Trata de no quererme, dame cariño»
Le dice una loca a un imbécil.

«Trata de no quererme, abrázame»

«Trata de no enamorarte, solo quiereme»

Le dice una loca a un paranoico.

«Trata de no pensarme, escríbeme»

«Trata de hacer tu vida y cuéntame»

«Trata de tratar tratarme bien,hacerme sentir princesa, trata de enamorarme,siendo consciente de que nunca lo vas a conseguir.»

Le dice una loca a uno que se está volviendo loco.

«Tratame bien, por favor»
Le implora un desquiciado a la loca del coño.

Se me da bien hacer reír.

Si me miras por dentro, soy un montón de cosas que he ido acumulando, un síndrome de Diógenes mental. Un pasillo lleno de basura y alguna cosa vintage que ya se pondrá de moda.
Llevo dentro el cadáver descompuesto del amor que dejé morir,

La música de la caja sin pilas que suena a los ochenta y a otros tiempos que ni viví.

Los llantos propios y extraños, llevo la tristeza del que se obligó a madurar antes de tiempo y sigue tierno por dentro.

Llevo por dentro un camino de piedras y unas sandalias rotas, una bandera en lo alto y una y otra derrota.

Llevo un lastre y varios fracasos, llevo en cualquier caso, un desastre por dogma.

Y si me ves por fuera, te mueres de envidia de lo gracioso que soy y las risas que regalo.

Hago el humor, porque no entra ya más mierda, en mi alma repleta de mugre, tengo tanta ruina, que no puedo guardar risas y las escupo en la puta cara del que las desea.

Encantado de encantar, querido público.

Ronquidos.

Me gusta que se despeine,

Que me hable, que no le importe roncar conmigo.

Tener la suerte de tocarla y agradarle, la enorme fortuna de que quiera estar conmigo.

Me gusta su cara, cuando transmite paz, me gusta su felicidad, que es la mía.

Por encima de todo, me gusta ella.

Me gusta el suspiro de cuando se tumba en la cama después de la ducha de después del trabajo.

Me encanta cuando pide sin hablar, que la quiera, que la mime, que la abrace y que la cuide.

La tengo en un pedestal, dejé de idealizar a la persona y empecé a admirar a la mujer.